CORAZA DE SANDIA

 CORAZA DE SANDIA

El farolito colgaba del techo, era reciclado hecho con la coraza de una sandía, la abuela se había esmerado en su elaboración y ya estaba listo para iluminar la Navidad , en realidad hacia tiempo que tenía guardada la coraza porque le había prometido a su nieto que con ella le haría una bandola o bandolón como él le llamaba. La abuelita estaba satisfecha de su trabajo, ya muy entrada la noche y un poco cansada tomó un vaso y lo undió en el cántaro, la frescura del agua la lleno de paz y regocijo, tranquilamente se tendió en su cama dando un suspiro de comunión con la vida como una señal de agradecimiento.

A la mañana siguiente llegaron los familiares para la gran celebración, la hija mayor subió al cuarto de la anciana que yacía con los ojos cerrados y una sonrisa tierna que le daba un tono de paz al pálido rostro.

Detenido en el umbral de la puerta su tan querido nieto permanecía absorto contemplando el farolito que con el sol y el viento danzaba iluminando la estancia.